Diario: Dublín

Cuando llegamos, J nos estaba esperando. Pocos abrazos sientan tan bien como el que nos dimos al cruzar la puerta de la terminal.



Jueves. Dicen que hay más de mil pubs en la ciudad y el primer día, solo en el trayecto en coche, pude comprobar que no es una exageración. Ese día también aprendí que hay un Mini Ben en Dublín, que hay montones de viviendas unifamiliares que solo se diferencian por el color de la puerta ("para reconocer tu casa cuando estás borracho"), que sus horarios son distintos y que allí verano significa estar a 20 grados y que, con suerte, no llueva. A y O salen a recibirnos, O un poco decepcionada porque no somos los friends que ella esperaba.

Viernes. Tomamos un autobús y visitamos el castillo, Temple Bar, St. Stephen... Cruzamos el puente Ha' Penny para llegar a Abbey Street y O' Connell Street. J nos lleva por todo el centro, por lo imprescindible. Nos cuenta, mientras señala una iglesia, que en realidad es un bar. Entramos en la tienda de Disney y todas somos niñas de nuevo. Buscamos nuestra muñeca, ya que años atrás todas teníamos una princesa asignada: Blancanieves, Sirenita, Bella. "¡Mira, aquí estamos!", me dice J. Hay una hamburguesería llamada Captain Americas y una cafetería llamada Gotham. Decidimos parar a reponer fuerzas en este último sitio, ya con A. Hacemos el camino de vuelta andando, bordeando uno de los canales de la ciudad.
Por la noche nos juntamos todos en la misma habitación, sentados en la cama, y pienso que podría quedarme a vivir en ese instante.





Sábado. Cogemos el coche y vamos a Malahide. Vemos el castillo, hacemos un pequeño picnic de fish and chips y vamos a la playa. Ya hemos hecho migas con O, que dice que las friends tenemos que jugar a hiding con ella. Al volver vamos a un pub, porque uno no puede ir a Dublín y no tomarse algo en un pub. Estamos todas maquillándonos, pidiendo consejo sobre qué nos queda mejor, poniéndonos al día. Hace 8 años que no hacemos eso. Cuando te has ido a vivir fuera y además tienes una niña pequeña, las visitas a tu país consisten en repartir el tiempo entre toda tu familia y amigos y adaptar los planes al bebé.





Domingo. Nos volvemos locas comprando libros en Chapters antes de entrar en Murray's a comer. Aún nos queda ciudad por conocer, así que paseamos mientras me dejo llevar por mis guías, pero ya se va notando que el tiempo se agota. Cenamos sentados en el césped del jardín, es bastante tarde y sin embargo todavía hay sol. Y llega la primera despedida: al día siguiente, cuando nos levantemos, A ya estará en el trabajo. Nos abrazamos, nos dice que podríamos quedarnos más días, que se ha pasado volando.

Lunes. Intentamos estirar el tiempo todo lo posible, no queremos coger ese autobús que nos llevará hasta el aeropuerto porque significa no volver a verles en una larga temporada. O dice que ella también se tiene que subir al avión, no puede ser que nos vayamos y la dejemos allí. Tenemos que irnos todos juntos. Más abrazos, un Bye, bye, O! y finalmente cogemos nuestras maletas y nos marchamos. Aún tenemos que comprar algún que otro recuerdo y hacer las últimas fotos a St. Patrick.




En Dublín tengo otra casa donde vive la que fue mi vecina, mi compañera de clase, una de mis mejores amigas. Y también un buen amigo que tantas charlas me ha dado, con el que tanto he hablado de fotografía, de informática. En Dublín tengo otra casa donde vive parte de mi familia, de esa que se elige.

Comentarios

  1. ¡Me han dado ganas de tirarme de cabeza en alguna de tus fotografías y teletransportarme! Me alegra mucho leerte con ganas, y me encanta cómo captas los momentos, tienen tanta luz ♥

    De verdad, aunque vengo con pocas palabras, me alegra mucho leerte contenta, feliz y con la sensación de hogar a pesar de estar lejos de casa. Eso vale muchísimo.

    Abrazos fuertes,
    crêpes de nutella.

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    1. Es toda una suerte tener gente así y que sigan siendo "casa" a pesar de la distancia. Ojalá dure siempre.

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  2. Desde luego Dublín es preciosísimo, espero muchos más diarios donde encontrar fotografías como estas. Este tipo de entradas son de mis favoritas porque te devuelven la ilusión por hacer cosas y moverte y empiezas a planear escapadas en tu cabeza...

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    1. Pues en este blog habrá mucho de eso, tengo pendiente subir viajes antiguos. Espero que te gusten :)

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  3. Pero qué bonita es Dublín y qué nostalgia me ha dado. Algo que me encanta de la ciudad es el colorido de sus edificios que suelen contrastar con el gris del cielo, dan ganas de cogerse una casita allí con un jardín gigantesco.
    Es curioso ver la ciudad a través de otros ojos, otras experiencias distintas.
    Un abrazo.

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    1. ¡Pues yo pillé Dublín con el cielo azul la mitad de los días! Me quedo con ganas de verla gris y lluviosa. La verdad es que es muy muy bonita, sí :)

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