Pasamos primero por Tetuán y luego bajamos hasta Chaouen. La carretera no es demasiado buena, está en obras y los coches adelantan en las curvas o circulan entre dos carriles. Tardamos poco más de 2 horas en recorrer los 120 km de distancia que hay desde Tánger. Omar se despide de nosotras en la plaza Utta el Hamman, luego volveremos a encontrarnos en ese mismo punto.
Vemos que aquí hay más turistas y que, además, los vendedores te dejan más a tu aire. Tenemos toda la mañana para callejear por la medina, más que suficiente. El azul que envuelve las calles enamora. No es un azul uniforme, a veces es oscuro, otras tiende a turquesa, y está salpicado de los colores vivos de las macetas y las alfombras que hay expuestas.
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