Diario: Auschwitz





A las 6:30 ha sonado el despertador...Después de desayunar lo que compramos ayer hemos ido al punto de encuentro de la excursión a Auschwitz. El resto iban con abrigos y nosotros simplemente con una chaqueta. No es que no tuviéramos frío, fue por falta de previsión. Octubre en Polonia es más frío de lo que parecía. 


A las 8 en punto hemos subido al autobús con nuestra guía polaca. Durante el camino (algo más de una hora) hemos visto un documental sobre Auschwitz-Birkenau, aunque había tanta niebla que todo el mundo estaba más pendiente de mirar por la ventana y hacer fotos que de prestar atención al documental. Ha pasado como la otra vez: el día de la visita al campo de concentración es el día más frío del viaje. 

La visita ha comenzado en Auschwitz I. En esta primera parte del campo ha sido donde más cosas hemos visto. Hemos entrado en varios barracones, donde la guía nos ha explicado para qué se usaba cada uno y cómo vivían allí los judíos prisioneros. Nos ha contado de qué manera los engañaban para que se subieran por su propia voluntad a los trenes, creyendo que iban camino de una vida mejor, sin saber que, muy probablemente, morirían nada más bajar. Les prometían trabajo y casa, por eso llevaban consigo una maleta con sus pertenencias. Más tarde, los nazis aprovechaban esos objetos para su propio beneficio. En algunas salas se pueden ver cientos de maletas (llegan hasta el techo), zapatos, ropa...incluso pelo. Cuando los judíos bajaban del tren y eran llevados a las cámaras de gas, el engaño continuaba. En este caso, les decían que debían desnudarse para "darse una ducha".

Auschwitz


Auschwitz
Auschwitz
La única cámara de gas que se conserva está en Auschwitz, puesto que los nazis quemaron las de Birkenau para destruir las pruebas. Si miras con atención, en las paredes se pueden ver marcas de uñas. La gente arañaba las paredes desesperada, intentando salir de ahí, mientras se asfixiaba con el ziclón B. Algunas personas del grupo estaban tan afectadas que parecía que iban a llorar. Vi una chica de otro grupo que sí estaba llorando.

También visitamos las celdas donde los sometían a diversos castigos, el paredón de fusilamiento, la horca. La guía nos ha contado casos de prisioneros que ocupaban el lugar de otro en la celda de castigo. Ellos, que no tenían a nadie, se sacrificaban con la esperanza de que la otra persona pudiera salir de allí y reunirse con su familia.

Subimos al bus y fuimos a Birkenau, donde no queda prácticamente nada. Vimos los restos del laboratorio del doctor Mengele, los hornos y la cámara de gas. También uno de los vagones donde transportaban a la gente. Cuesta creer que todo esto sea real. 

Birkenau está prácticamente vacío, pero eso ayuda a ver lo grande que era. Mires donde mires, se extiende el campo de exterminio. Parece no tener fin.



Auschwitz

Auschwitz


Auschwitz

Birkenau


Birkenau

Birkenau

Birkenau

Birkenau





Comentarios

  1. La verdad es que cuesta creer que esto haya ocurrido (y no hace tanto), que Mengele fuese real, que las personas que engañaban a otras con la intención de asesinarlas fuesen reales, que tanto dolor real no afectase a los nazis.

    Como persona que ama la Historia, me encantaría ir. Como persona, a secas, no estoy segura de que quiera hacerlo porque sé que lo pasaría muy mal.

    (sonrisa de elefante)

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