Eslovenia



El paisaje de Eslovenia es precioso. En cuanto dejamos atrás Zagreb y cruzamos la frontera, las vistas cambian y todo es verde. Vamos en un tren con compartimentos para 6 personas sin aire acondicionado, por lo que todos estamos en el pasillo asomados a las ventanas que hemos abierto para que corra el aire.

Llegamos a Ljubljana pensando nada más que en soltar las mochilas y ponernos a patear una ciudad, así que le preguntamos a la chica de recepción dónde nos recomienda ir para pasar el día. De esta manera acabamos en Škofja Loka, un pueblo medieval.

La estación está a 3 km del pueblo, en realidad esa estación sirve para todos los pueblecitos de alrededor. Hay un autobús, pero decidimos ir caminando porque no tenemos ni idea de la frecuencia ni las paradas. No puedo describir lo bonito que me parece el lugar, así que dejo que las fotos hablen por mí. Media hora de caminata para ir, unas horas en el pueblo y otra media hora de caminata después, volvemos a la estación para coger el último tren que va hasta la capital.

skofja loka

skofja loka

skofja loka

skofja loka


Aquí sentamos las bases de lo que será nuestra forma de visitar el resto de ciudades con castillo: por la mañana los monumentos, tiendas, cafeterías...la tarde queda reservada para la subida, para ver el atardecer desde la colina donde está el castillo.




Encontramos un mercadillo a la orilla del río. Yo quiero llevarme un montón de cosas - ¡hay cámaras!- pero mi lado racional se impone y no compro nada para no aumentar el peso del equipaje. Caminamos por la orilla antes de ir a por una limonada. Me hace una ilusión muy tonta saber que se dice así, limonada - y en croata es limunada. 

liubliana

liubliana

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En la plaza Prešernov, frente a la iglesia de la Anunciación, hay una zona circular rodeada de carteles avisando de que esa parte de Ljubljana tiene su propio clima. Y es que ahí, dentro de ese círculo, llueve. Y yo cruzo la zona y dejo que la lluvia me moje el vestido para refrescarme. Lo que no sabía es que luego iba a llover más y en toda la ciudad.

liubliana

El aguacero nos pilla visitando Metelkova. De nuevo me viene Portugal a la mente, me acuerdo de LX Factory - en Lisboa - aunque es solo una primera impresión, este lugar es totalmente distinto. Está vacío, tan solo hay un chico dando vueltas en círculos con la bici. Vacilamos un poco antes de entrar, pero al final nos adentramos y hacemos fotos a los graffitis antes de ir en busca de refugio. Así es como acabamos en una cafetería que había fichado por la mañana temprano. Un sitio en el centro con buena música, tarta y bicis colgadas del techo. ¿Me puedo quedar a vivir en esta ciudad? Quiero ir a este sitio cada fin de semana, digo en voz alta. He estado a punto de pedirle la playlist al camarero. Antes de salir del local paso al baño: no hay símbolos en las puertas, no sé cuál es cuál así que abro una puerta al azar. Por supuesto, me equivoco.

metelkova


metelkova



Llega el momento de emprender la subida hacia el castillo. El acceso es gratuito para casi todo el recinto, así que no compramos entrada. Vemos los alrededores, la ciudad desde arriba y entramos en todos los recovecos que podemos hasta que nos topamos con los tornos. Vuelta atrás, vamos a bajar ya antes de que vuelva a llover porque el cielo sigue cubierto de nubes. Me quedo sin la foto del atardecer que quería, pero hemos visto un edificio al que hemos bautizado como el sandwich por la forma que tiene. Esta vez vamos por otro camino y resulta ser mucho más complicado, hay más pendiente.

liubliana


Para cenar decidimos probar el burek : error. No está malo y es muy barato, pero definitivamente tenía que haber elegido otra cosa. Nos sentamos en los bancos del hostel a comérnoslo antesde subir a la habitación y dormir tapados con la manta.



liubliana

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Ljubljana es de las ciudades de este viaje que más me han gustado: tiene río, un castillo, hay muchas flores y es pequeña. Las características de mi ciudad ideal.



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